La Escuela de Almenar apuesta por la luz con los modelos Cantábrico y México

Así como las estaciones de tren, aeropuertos, hospitales y centros sanitarios son edificios que soportan un tráfico constante de personas, también lo hacen en igual o mayor medida los colegios e institutos.

Los centros educativos ven reflejado sobre sus suelos el tráfico constante y diario de centenares de alumnos; alumnos que llevan sus libros en carretillas, que hacen botar y rebotar pelotas en los pasillos o que dejan caer sus pesadas mochilas cuando llegan a sus mesas. Y para facilitar que todo este trajín pueda suceder durante generaciones de alumnos no hay mejor producto que el terrazo.

Por este motivo el proyecto de la Escuela de Almenar ha contado con Pujol Pavimentos para colocar 1.600m2 de suelo de gran resistencia que soportará sin ninguna dificultad la agitación constante de miles de alumnos que pasan y pasaran por este nuevo centro.

Dentro de las aulas se ha optado por la línea Mar, en concreto el modelo Cantábrico, que aporta serenidad además de dar luminosidad y sensación de amplitud; por su parte el terrazo de pasillos y zonas comunes es mucho más luminoso, más vívido, siendo la línea Fuego, y en concreto el modelo México, los grandes protagonistas.

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